jueves, 7 de julio de 2011

ATRAIGA LA RIQUEZA AYUDANDO A LOS DEMÁS. “La Espiritualidad del Éxito: Hacerse Ríco con Integridad.”

Muchas personas buscan la independencia financiera durante toda su vida, sin llegar a lograrla por completo. Estudian y trabajan arduamente durante años, buscando interminablemente la oportunidad de oro que los haga ricos. Desafortunadamente, son pocos los que concretan sus sueños financieros.....
De hecho, según un estudio del Departamento Norteamericano de Estadísticas de Trabajo y Mortalidad, el 93% de las personas llega a su 65avo cumpleaños sin un centavo, si es que están vivos. Estas personas necesitan de la generosidad de su familia y amigos, para al menos cubrir sus necesidades básicas.
¿Por qué es que en incluso en los países que brindan las mayores oportunidades alrededor del mundo, la gente llega a la pobreza después de trabajar esforzadamente durante cuarenta o cincuenta años? ¿Cómo puede ser que quienes buscan activamente el éxito financiero durante toda su vida, nunca lleguen a cumplir su sueño?
Sencillamente, han “buscado” el éxito financieroCuanto más buscamos el éxito, tanto más lo espantamos y alejamos. El éxito genuino y perdurable sólo puede lograrse cuando lo “atraemos” hacia nuestra vida. Todo lo que vale la pena en la vida, debe ser atraído, durante toda su vida.
No buscado. Hay una historia al respecto que hizo que comprendiera personalmente este principio. Es acerca de dos mujeres, llamadas Éxito y Conocimiento. Un joven preguntó: “¿Cómo logro el éxito en la vida?”.
El anciano filósofo le respondió que si uno le presta demasiada atención a Éxito, la espanta y aleja. Pero, si presta más atención a Conocimiento, Éxito sentirá celos y vendrá hacia nosotros. Esta característica del éxito, se aplica no sólo a las finanzas, sino a todos los emprendimientos loables de la vida.
Piense en el amor. Muchas personas pasan sus años buscando una relación amorosa perdurable. Quizá haya escuchado el siguiente comentario: “Deja de buscar, y la persona ideal llegará a tu vida”. Quienes ya hemos “encontrado” el amor, sabemos que esto es cierto.
El amor que deseamos recién llegó a nuestras vidas cuando en primer lugar, amamos a alguien. Al dar, recibimos. El amor que tanto apreciamos, estaba allí, dentro de nosotros. No se materializó en nuestra vida hasta que lo hicimos aflorar, dándolo primero.
Pero estaba allí, desde siempre. No podemos obligar a nadie a que nos ame. Sólo podemos atraer el amor si amamos primero nosotros.
Lo mismo sucede con el éxito financiero.


Oscar Wilde dijo:
“Sólo hay una clase de personas que piensa en el dinero
más que los ricos, y son los pobres. De hecho,
los pobres casi no piensan en otra cosa”.
¡Lo que parecen no comprender es que su
preocupación por el dinero y la búsqueda
de la riqueza es lo que causa su pobreza!


¿Cómo podemos atraer el éxito financiero hacia nuestras vidas?


La única manera de vivir el éxito financiero auténtico y perdurable, será haciendo un esfuerzo para que aparezca en las vidas de los demás.
Si ayuda usted a la suficiente cantidad de personas a cumplir sus sueños financieros, el éxito que desea, lo encontrará a usted.
Este secreto ha sido publicado millones de veces, con palabras diferentes, y ha sido proclamado desde la cima de todas las montañas que el ser humano haya podido escalar. Los filósofos orientales llaman a este fenómeno el ‘karma’. En Occidente, hemos oído frases tales como “Cosecharás tu siembra”, o “todo vuelve”.
A lo largo de la historia ha habido mentes brillantes que han intentado compartir esta sabiduría con nosotros. Todos ellos comprendieron que lo que ponemos en el mundo, viene de vuelta a nuestra vida. La única manera de lograr el éxito es dándolo. El éxito sólo es posible a través de los demás.
Al dirigir nuestra energía y atención hacia fuera, ayudando a otros, el reflejo nos será devuelto. Y cuanta más energía proyectemos hacia las necesidades de los demás, tanto más recibiremos. Este es el estado del flujo, que podemos controlar. Si su energía y atención se centran en el prójimo, entonces usted prosperará. ¡Lo que busca, vendrá hacia usted!
Permítame contarle una historia de cómo comprendí esto claramente. Cuando comencé a trabajar como vendedor, lo primero que vendí fue seguros de salud. El programa era especial porque combinaba el poder adquisitivo de los trabajadores independientes para ofrecerles mejor cobertura y tarifas más convenientes.
Como ya había trabajado de manera independiente, comprendía el valor de la idea y el producto. El precio era competitivo, y la cobertura, amplia. Me llevó seis semanas conseguir mi licencia, y durante ese período de tiempo, mi expectativa aumentaba cada día. Sentía impaciencia por llegar ante el cliente y decirle lo bueno que era el producto.
Mi instructor de ventas nos enseñó que para lograr el éxito en este negocio, era necesario obtener quince citas por semana. Sin embargo, aunque logré tener quince citas durante todas las semanas del primer mes, sólo pude efectuar una venta a la semana, en tanto otros vendedores efectuaban cuatro o cinco ventas. Me sentí desalentado, y hasta pensé en renunciar.
¿Por qué no veían los clientes lo bueno que era el producto que les ofrecía? Empecé a pensar que el problema estaba en mí. Le pregunté al mejor vendedor si podía acompañarlo a una de sus citas. Aceptó, y a los cinco minutos de escuchar su presentación, me di cuenta de lo que sucedía: era obvio que esta persona buscaba ayudar a los clientes, y no a sí mismo. Esto era lo que me faltaba.
Verá, me hice vendedor porque en esa profesión podía ganar mucho dinero.Cuando dejé de pensar en la comisión y comencé a preocuparme por el cliente, no sólo vendí mucho más, ¡sino que llegué a ser el mejor agente de ventas en el país!


Obviamente, le transmitía este mensaje a cada cliente. Estaba allí para ganar dinero, y como resultado, gané muy poco.


¿Qué había cambiado? El producto, el precio, la competencia, y todo lo demás, seguían siendo los mismos. Lo único que había cambiado era yo. Y eso marcaba la diferencia. Los clientes sabían que estaba allí para ayudarlos a lograr el éxito que deseaban, en este caso, encontrar el plan de salud ideal.
Como consecuencia de ello, a menudo me recomendaban a otros clientes. Ya no tenía que esforzarme por generar ventas, porque las ventas venían a mí. Comencé a ser conocido por enfocarme en los demás, lo cual me hacía “atractivo” a los ojos ajenos.
Este principio se aplica a toda profesión que pueda elegir usted para crear éxito financiero en su vida. Deje de buscar el éxito financiero. En cambio, ayude a sus clientes, empleados, colegas, familia y amigos a concretar sus deseos, y sus propios deseos se concretarán. Toda persona exitosa está rodeada de otros que se benefician con su éxito.
La gente exitosa se convierte en el héroe de muchos otros. Es sólo llevando éxito a la vida de los demás que puede usted crear la atracción del éxito financiero auténtico y perdurable para su propia vida.

FUENTE: http://www.soycocreador.net/2009/07/atraiga-la-riqueza-ayudando-los-demas.html

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